La separación es un evento transformativo de las relaciones familiares que afecta a padres e hijos.

Las relaciones familiares se basan en el intercambio entre generaciones y una separación puede ser un trauma relacional, que pone en riesgo todos los vínculos familiares existentes abarcando varias generaciones.

La mediación familiar cumple un rol central a los fines de limitar situaciones destructivas que pueden repercutir  sobre todos los miembros de la familia, promoviendo una cultura diferente a la judicial de resolución de conflictos.

La mediación habilita, en un ámbito protegido y confidencial, a que las partes puedan expresar sus necesidades e intereses con el objetivo de desarrollar un diálogo respetuoso.

La mediación aparece como una intervención que tiene el objetivo de la reapertura ó la facilitación del diálogo entre los padres, para que puedan elaborar en primera persona acuerdos de separación satisfactorios para todos los involucrados, teniendo como prioridad el bienestar de los niños y jóvenes afectados.

Está dirigido a las parejas con hijos, constituidas de hecho o en matrimonio,  que tengan la decisión de separarse, o bien ya estén separadas ó divorciadas, con la finalidad de promover y sostener el rol de padres, favoreciendo el nacimiento de un diálogo positivo y la búsqueda de acuerdos satisfactorios y duraderos.